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viernes, 10 de junio de 2011

Atraso

Juan Antonio Morgado.

La vocal de estudiantes del Consejo Escolar de la Escula Oficial de Idiomas (EOI), María José Frapolli, ha puesto el dedo en la llaga: "Es increíble cómo los escolares están seis años estudiando inglés en Primaria, cuantro en Secundaria y dos en Bachillerato, y luego llengan a la Escuela de Idiomas y suspenden". Sus declaraciones, realizadas a este periódico en el contexto del colapso de la EOI al cumplirse 40 años de su creación, sacan a la luz otro problema. A la alarmante escasez de plazas se une la baja calidad de la enseñanza de los idiomas en muchos colegios, consecuencia del preocupante déficit en conocimientos de esta especialidad que existe en una ciudad como Málaga, enclave estratégico del turismo nacional y que debe subirse con urgencia al tren de las lenguas extranjeras. El problema es peliagudo, ya que estamos hablando de la escasa capacidad competitiva de nuestros jóvenes cara a un futuro que ya está aquí. El dominio de una segunda lengua es fundamental para desenvolverse en el mercado laboral actual. Las autoridades no se dan por aludidas. La capital de la Costa del Sol se ha quedado lamentablemente fuera del convenio entre el Gobierno y la Junta de Andalucía para incrementar el número de plazas en las esculas de idiomas. Los afectados se quejan amargamente, por doble motivo: las carencias existentes y la casi total seguridad de que van a seguir existiendo. Una historia que se repite en esta ciudad de nuestros pecados.
El asunto arroja tintes tercermundista. Si en una ciudad de 600.000 habitantes su EOI solo dispone de 6.000 plazas, algo falla. Una cifra semejante de alumnos son los que se han quedado fuera este año. Y así sucede cada primavera. La ratio no puede ser más desoladora. Se cuentan por miles las personas que intentan compensar sus carencias idiomáticas con las clases en una EOI. Pero no pueden porque no hay plazas. España, que dispone de un sistema público de enseñanza del lenguas único en Europa, está matando la gallina de los huevos de oro. Responsables del centro, profesores y representantes sindicales piden a gritos otra Escuela Oficial de Idiomas para Málaga o, como mínimo, la posibilidad de ampliar el número de clases con la contratación de profesores y la colaboración de institutos o colegios adyacentes. Pero predican en el desierto. Por si había alguna duda, la Junta desoye el clamor de los alumnos y no va a solucionar el grave problema de la EOI malagueña. Por supuesto, no les coge de sorpresa.

Diario Sur
04.05.2011

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